La improductividad es un mal que mata lentamente. Los trabajos tardan más de lo esperado. Los conductores empiezan tarde, se quedan atrapados en el tráfico o pierden tiempo en direcciones incorrectas. Los clientes cancelan las citas en el último minuto. Incluso cuando las cosas van bien, siempre existe la posibilidad de utilizar tu flotilla de la manera más productiva, y no dejar ingresos en la mesa.